Cuando eres tu peor enemigo

Cuando eres tu peor enemigo

Cuando eres tu peor enemigo

La vida nunca fue fácil, ni para ti ni para nadie.

Hay gente que nació con algunas ventajas, es verdad, o incluso en «cuna de oro», pero lo mismo tuvieron que afrontar sus propias batallas que nadie vio ni se entera.

Sin embargo, hay otro tipo de batallas, que son invisibles para todos y créeme cuando te digo que son las peores, las más descarnadas, injustas y sangrientas.

Analogía deportiva para comprender

Has visto un partido de fútbol alguna vez, lo mismo sirve para esta analogía cualquier otro deporte.

Tu equipo tiene que enfrentar al equipo rival, lo que hasta ahí sería normal y lo más obvio.

Es una competencia deportiva con reglas claras y se asemeja a los desafíos que la vida nos presenta a todos, todos los días.

Ahora imagina que tu equipo no sólo tiene que enfrentarse al otro, sino que el árbitro hace, misteriosamente, la vista «gorda» para las faltas que comete el equipo rival y a tu equipo les cobra absolutamente todas, incluso las que él se imagina.

Es decir, juega en contra de tu equipo.

Los  jueces de línea y el cuarto árbitro también replican la actitud del árbitro es decir, juegan en contra de tu equipo.

Pero la tribuna también está en contra. El público no deja de hacer cánticos descarnados y atemorizantes en tu contra, como diciendo: «se te atreves a ganar aquí, si quiera a hacer un gol, no salen vivos de la cancha».

¿Se puede estar en peor desventaja que esta?

Lamentablemente sí.

Al cuadro anterior, súmale que tu propio equipo…., SÍ, tú propio equipo, también juega en tu contra.

«Jugar» así no vale la pena: sólo puedes perder

Y «jugar» un partido en este contexto, se refiere a las áreas más importantes de tu vida.

  • Tu familia
  • Tu relación de pareja
  • Tu trabajo
  • Tu salud
  • ¡Tu mism@!

Cuando eres tu peor enemigo y prolongas esto en el tiempo, terminas viviendo por inercia: sin aspiraciones, sin propósito y llen@ de cicatrices.

Ni te preguntes por el amor propio, la confianza o la claridad personal: esas emociones ya han muerto hace tiempo o están confinadas en lo más profundo de tu inconsciente.

Perdón que lo suelte de esta forma tan cruda y directa, pero si estás leyendo esto ahora mismo, es muy probable que ya conozcas estas emociones de primera mano.

Qué puedes hacer

Son varias cosas que quiero que tengas en cuenta, así que toma nota por favor.

Debes armarte de paciencia

Necesitas entender que la solución a la situación en la que te encuentras no es rápida.

No se trata de una fobia que quieres quitar, que lo logras en menos de 30 minutos con PNL. No.

Estás frente a lo más sagrado que tendrás jamás: tú mism@, y entrenar a tu sistema de emociones a que lo entiendan y se comporten acorde a esto llevará tiempo.

Deja de buscar la solución en el lugar equivocado

No me voy a cansar de decirlo, por escrito en mis post´s y también en mis Lives y vídeos.

Entender que el problema no está en tu trabajo, no es tu jefe, tu pareja, el mercado o el gobierno, el vecino, tus padres…

Nop, todo eso es «afuera», y en ese lugar no está la solución. 

El enfoque que tienes que tener es en el lugar donde nace tu peor enemig@, y eso es «dentro de tu piel», no afuera. 

¿Se entiende?

Encuentra una hoja de ruta o ayuda externa

Cuando una persona es su peor enemiga, es complicado resolverlo por sí sola.

No es que «no se pueda», ¡claro que es posible! Pero es complicado.

Si con ayuda externa lleva tiempo, sin ayuda llevará más tiempo.

Busca ayuda profesional (por favor) y ya que llegaste hasta aquí, quiero decirte que desarrollé un ritual para lograr todo lo que te he expresado en este artículo.

Se llama Ritual para dejar de ser tu Peor Enemigo y te invito a que lo revises y consideres aprenderlo e incorporarlo a tu vida. 

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Como siempre, hecho con amor.

 

Federico

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Ritual para Sanar un Corazón Roto

Ritual para Sanar un Corazón Roto

Ritual para Sanar un Corazón Roto

Duele como la misma chingada.

Poca gente parece entenderte y tu necesidad de comprensión es mayor que nunca. Todos te aconsejan algo, pero nadie parece dar en el clavo y tú no tienes consuelo.

El dolor y sufrimiento del desamor, del rechazo, de pérdida, o de no sentirnos correspondidos es de los más intensos que vas a experimentar en toda tu vida. 

Por eso quiero que sepas que, en las palabras siguientes, encontrarás un camino hacia tu sanación. 

El dolor emocional más grande que puedes experimentar es el de perder a alguien que amas.

Primero viene el dolor, que tiene correlato a nivel físico y biológico e incluso puedes sentir que te quedas sin aire y no puedes respirar, o hasta un fuerte dolor en el pecho que puedes confundir con un ataque cardíaco.

Luego aparece el sufrimiento, que tiene correlato psicológico y emocional, que se asegura de que pagues mucho más caro y con muchos intereses, una y otra vez, el dolor «capital» inicial.

En el primer caso , el del dolor a nivel físico, hablamos de un horizonte de tiempo que puede extenderse por algunos días.

Y en el caso del sufrimiento que te genera la pérdida de alguien que amas, el tiempo de puede extender por años, décadas, o incluso para el resto de tu vida.

De inmediato el panorama es negro, no te opongas.

Cuando te han roto el corazón, aparece la peor versión de ti mism@.

Te urge calmar el dolor y sufrimiento y lo único que quieres es encontrar algún tipo de alivio y, de momento, la única forma de lograrlo es que esta persona que has perdido regrese a tu vida.

Pero esto no es posible o, por lo menos, está totalmente fuera de tu control.

Y si ya has pasado por esta experiencia en algún momento de tu vida, sabes que en ese instante lo que sucede es que respiras, aguantas el dolor, vuelves a respirar, y aguantas otro poco.

Y así, minuto a minuto.

Ahora toca pasarlo mal, al menos por un tiempo.

Pero todo este dolor no tiene que ser en vano.

Es más…, NO DEBE SER EN VANO.

La gran oportunidad de tu vida

Sí sabes que en los últimos años he desarrollado varios rituales, ¿verdad? Te dejo un enlace a este post, en el que hablo un poco más en profundidad de este tema.

Construí el Ritual para Sanar un Corazón Roto teniendo en cuenta el dolor y sufrimiento emocional, ambos extremadamente intensos y extensos en el tiempo, que experimentas en la situación que ya describí más arriba.

Yo guío el proceso de forma personal y en formato 1 a 1, de esta forma me aseguro de que la persona que lo necesita supere el dolor lo más rápido posible, conectando con su amor propio y su dignidad.

Las etapas que sigo te las describo a continuación, para que las consideres si es que tu corazón está llorando ahora mismo, y te ayude en tu recuperación.

Y deja decirte que aunque no lo hagas en forma de Ritual lo mismo van a ayudarte, porque no es lo mismo superar este momento exclusivamente a través del tiempo y del olvido, y que se convierta en una anécdota triste y amarga en tu vida, que tomar el toro por las astas, responsabilizarte por todo lo que te toca y convertir este dolor en un trampolín a tu mejor versión.

Así que… ¡ánimo, Valiente!, que la vida te está esperando a la vuelta de la esquina.

Un encuentro contigo.

Necesitas entender que lo mejor que puedes hacer en este momento es «voltear» tu enfoque, tu mirada y atención hacia tu interior, porque eres lo más importante para tu vida y ahora tienes que ocuparte de ti.

Esto es complicado, da un poco de miedo, y lo que suele suceder es que buscas refugio en amigos o familiares para que te consuelen, te comprendan, y te digan que vales mucho más que esta persona o que pronto recapacitará y te pedirá volver.

Y esto es normal.

Sin embargo, no debes abusar. Puedes permitírtelo al principio de una ruptura pero necesitas tener el valor de ponerle un punto final a hablar de tu desdicha.

Lo más pronto que puedas oculta tu vulnerabilidad a los ojos de los demás, conéctate contigo y atrévete a tocar ese dolor, a aceptarlo de a poco y a permitir la transformación.

Optar por un proceso terapéutico o plantear un Contacto Cero bien llevado (de cara ti mism@) son excelentes alternativas.

Encuéntrate contigo, «llámate», escúchate, trátate con el mayor amor y comprensión de lo que eres capaz y sobre todo, ten un poco de piedad de lo que sientas.

Hace tiempo que no te tratas con amor, ahora mismo es oportuno y apropiado.

La opción de Alto Valor

Este paso es poderoso. Es grandioso. Es… ¡mágico!

Hablé de la «Filosofía del Valor» en otros post´s y vídeos, forma parte de otros rituales y también de este.

El VALOR, tal como yo te lo explico, es lo que hace la diferencia entre salir fortalecido de una ruptura transformado en tu mejor versión o, por el contrario, transformar esta adversidad en una tragedia que te reduzca a un paño de lágrimas y sufrimiento permanente o al menos por muchos años.

Entender el concepto es fácil, pero ponerlo en práctica es un poco más complicado.

En el «día a día cotidiano», se trata de ejercitar la capacidad de elegir la mejor alternativa posible aún sintiendo dolor.

Cuando no tienes ganas de hacer nada, cuando quieres llorar en cada esquina y vociferar al mundo lo mal que te sientes, y te asaltan esos arrebatos incontrolables de ir corriendo a buscar y suplicar a esa persona a que vuelva contigo, es el momento de detenerte y reflexionar.

Y, después de tomar una gran bocanada de aire preguntarte cuál es la opción de más alto valor para ti en ese momento.

  • ¿Le mando un WhatApp preguntándole cómo se encuentra o… mejor voy a la peluquería?
  • ¿Publico este post en mi perfil de Sabina en el que dice que «a veces gana quien pierde a una mujer» o… mejor llamo a un amigo para quedar con él el sábado?
  • ¿Le dejo un audio a mi herman@ contándole lo mal que me siento o… mejor retomo la serie que estaba viendo en Netflix?
  • ¿Me lamento de no haber sido lo suficientemente fuerte o inteligente para evitar lo que pasó o… mejor duermo una siesta?

Cuando estamos con el corazón este tipo de disyuntivas surgen todo el rato, todo el tiempo.

Y si fallas en alguna de ellas (créeme, vas a fallar en varias) luego viene otra oportunidad de hacerlo mejor.

Tomas consciencia de la alternativa de más alto valor que tienes en cada oportunidad, permite tu cerebro distinguir conductas de alto valor de las de bajo valor (necesidad, miedo, desesperación, etc.), y de a poco te vas dando cuenta de que depende de ti elegir las conductas de alto valor y, al empoderarte y optar cada vez más por las mejores alternativas, terminas transformándote en una PERSONA de ALTO VALOR.

Mucho mayor al que tenías al momento de terminar la relación.

Y esto nos lleva a la tercera etapa.

Un nuevo comienzo inspirado en el amor propio, con o sin esa persona.

¿Quieres recuperar a esa persona?

No voy a entrar en detalles en este momento de si es conveniente o no que tu ex regrese a tu vida. Simplemente decirte que si haces correctamente el paso anterior (algo que en el Ritual sucede en todos los casos), las mejores probabilidades están a tu favor.

Si esta persona va a regresar, lo va a hacer porque le dará miedo perderte y se sentirá atraída ante esta versión que has construido: la mejor posible.

En esta etapa aún existe el sufrimiento, pero tu control emocional es lo que rige tu vida. Aquí es cuando vuelves a publicar contenido valioso en tus redes, a salir con amigos y a reírte con ganas.

También es en este momento cuando tu ex siente que ha perdido el control de la situación y se está replanteando si hizo bien al dejarte.

Algunos ex hacen muy bien en no regresar nunca más a tu vida, pero de cualquier manera ya no importará tanto en este momento porque vuelves a sentir que sin esa persona, lo mismo puedes ser feliz.

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Como siempre, hecho con amor.

 

Federico

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¿Te angustian tus problemas? Aquí te explico cómo encontrar inspiración y motivación en ellos.

¿Te angustian tus problemas? Aquí te explico cómo encontrar inspiración y motivación en ellos.

¿Te angustian tus problemas? Aquí te explico cómo encontrar inspiración y motivación en ellos.

La habilidad de solucionar problemas es algo que tendríamos que haber aprendido desde la más tierna infancia, sin embargo, la mayoría de las veces no es así. 

Llegamos a nuestra etapa adulta y, dependiendo de la capacidad que tengas para resolver tus problemas, va a ser el resultado de la calidad de vida que logres para ti y tu familia. 

No importan los viajes que puedas hacer, lo enamorad@ que te sientas de tu pareja, o la estabilidad del trabajo que tengas. 

Si no sabes lidiar adecuadamente con tus problemas, sentirás que tu vida es pobre, gris y que no te sabe a nada. 

Por suerte para ti, estás en el lugar correcto. Sigue leyendo, por favor. 

«¡Ay! Benditos problemas que no terminan nunca».

La teoría y el sentido común convergen con mucha claridad sobre este punto, y arrojan varias conclusiones que vale la pena mencionar:

  1. Tienes problemas porque estás viv@. Si no los tuvieras…., bueno. ya sabes porqué.
  2. Cada problema es, en realidad, una oportunidad encubierta o una lección de la vida que tienes que afrontar. Y también, creo que ya lo sabes.
  3. El tamaño y dificultad de un problema no es tan importante como la actitud que tengas al momento de encararlo. Y eso…, me parece que también lo sabías. O lo intuías.

Esto, obviamente, es en un plano idea. Así es como «debería» ser y podríamos acordar tú y yo que es la forma apropiada de encarar las adversidades cotidianas.

Pero como bien sabes, en tu día a día, se hace un poco más complicado.

Sólo dos tipos de problemas. Aprende a distinguir cuál es cuál.

Si haces una lista de todo aquello a lo que llamas «problema», podríamos hacer dos columnas y listar en cada una de ellas a cada problema que tengas.

Me refiero a «CONTINUIDAD» y «CRECIMIENTO».

Cualquier problema, situación, adversidad, dificultad o como quieras llamarle a eso que te angustia, te quita el sueño o la energía puede ser de uno u otro tipo. Sólo dos categorías.

Problemas de Continuidad

Aquí entran todas las situaciones que no has resuelto en el pasado y, literalmente, cargas con ellas día con día.

El trabajo que no te gusta y el jefe que no soportas que te producen angustia porque encima no llegas a cubrir todos tus gastos, es un buen ejemplo de esto.

Pero no abarba solamente los problemas de tu economía. La actitud de tu pareja que hace que te «$%#%&/%» y no sabes cómo encararlo para no hacer un problema más grande, o la falta de propósito de propósito y dirección que sientes en tu vida también entran dentro de los problemas de continuidad.

Lo que debes saber y tener bien en claro, es que este tipo de problemas son los que se hacen crónicos, te quitan todos los días una pequeña cantidad de energía y te alejan, sistemáticamente, de tu mejor versión.

Problemas de Crecimiento

También son problemas, también tienen el poder de quitarnos el sueño, la claridad y el enfoque y, sin embargo, su naturaleza es bien distinta a los de continuidad.

Este tipo de problemas se presentan, básicamente, un par de segundos después de que has tomado una decisión.

Mientras más importante y desafiante la decisión, más importante y desafiante el problema de crecimiento.

Quieres mejorar tu economía y decides, de una vez por todas, que vas a poner un negocio. Pues bien, ¡ahora tienes problemas nuevos qué resolver, que antes no tenías!

¿Qué tipo de negocio vas a poner, cómo conseguirás el dinero, en qué tiempo lo llevarás a cabo? 

Problemas, problemas, problemas. 

Sin embargo, creo que ya captaste la diferencia entre esto y la categoría anterior. 

Estos problemas se presentan cuando estás empujando tu realidad, transformándola en algo que se adecúe a tus valores y deseos. 

 Y esto último no es un detalle menor. 

¿Y ahora qué? 

Ahora mismo tienes claridad en esto: 

  1. Los problemas de continuidad drenan tu energía, carcomen tu autoestima y te cocinan a fuego lento. No vas a encontrar motivación ni inspiración aquí. 
  2. Un problema de crecimiento es puerta de oportunidad que puedes fabricar cuando quieras (depende de una decisión), y aquí es donde quieres poner a prueba tus emociones, capacidad de respuesta y de solución.  

Una vez que tienes identificado el tipo de problema que tienes enfrente pregúntate (e imagínate)…

¿En quién me voy a convertir cuando resuelva este problema?

Créeme que todo lo que te puedas imaginar, te quedarás corto. Porque es muy difícil de dimensionar tu propia evolución desde el carácter y determinación que vas a adquirir, o la nueva opinión que tengas de ti mism@ cuando vayas solucionando este tipo de problemas. 

Y ahora, tu turno. 

Deberás decidir si este contenido termina siendo es letra muerta para ti, o si vas a incorporar algo de esto a tu vida. Si busca la motivación y la inspiración en el tipo de problemas «correcto», vas a disfrutar mucho la transformación en tu mejor versión posible. 

 ¡GARANTIZADO!

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Federico

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Sólo haciendo estas 3 cosas volverás a confiar en ti

Sólo haciendo estas 3 cosas volverás a confiar en ti

Sólo haciendo estas 3 cosas volverás a confiar en ti

Es comparable a tus brazos o a tus piernas.

Los tenemos, damos por sentado que «ahí están», y sólo las personas que tuvieron la desgracia de perder un miembro conocen el valor y el significado de su ausencia.

Funciona exactamente igual con la confianza.

Vivir sin ella es equiparable al ejemplo anterior: atraviesa todas las áreas de tu vida y hace complicado hasta lo más fácil: tomar un vaso de agua.

Sin embargo, en este caso hablamos de algo que es invisible para la gente de tu entorno que goza de los beneficios de tener brazos y piernas (la confianza en sí mismos, para nuestra analogía) y esa incomprensión agrava aún más tu problema de confianza, convirtiéndose en un círculo vicioso angustiante.

Incluso cuando te animas a sincerarte con alguien, la solución que te ofrecen parece muy fácil y por demás obvia:

Confía en ti mism@ —te dicen—. Levanta tu autoestima.

Pero eso es algo que ya sabes y simplemente no puedes hacerlo.

Y el problema no para de agravarse, te sientes peor, y la única salida parece ser que aprendas a aceptarte así como eres, con esa sensación de angustia y miedo, como fuera un designio del cielo.

Vivir sin tener confianza en uno mismo y vivir confiando en uno mismo, son dos experiencias muy distintas.

Son, literalmente, como dos vidas de dos personas diferentes aún siendo la misma.

Mucho se habló y se escribió sobre el amor, el agradecimiento, la salud, los hábitos… y sí, algo también se escribió sobre la confianza y la autoestima, no se puede negar.

Pero rara vez este tema está en el podio.

Y por muchas razones la confianza DEBE ocupar el primer lugar, al menos en algún momento de tu vida.

Veamos…

  • ¿Cómo tener éxito en los negocios cuando no confías en tu capacidad de vender?
  • ¿Cómo amar y ser amad@ cuando necesitas del amor de la otra persona para «validarte»?
  • ¿Cómo superar las adversidades naturales de la vida si en cada decisión que tomas te asalta el miedo y la inseguridad?

La lista podría ser mucho más larga porque como te digo, la confianza o falta de ella atraviesa todas las áreas de tu vida.

Todas, literalmente hablando.

Así que quiero pedirte un favor: si no tienes tiempo y un espacio de tranquilidad en este momento para leer el artículo, vuelve un poco más tarde apenas puedas porque voy a explicarte como ganar la confianza que necesitas para que comiences a vivir de otra manera.

De mejor manera.

¡De una manera espectacular! Vamos a ello.

Evita caer en la definición de locura

A la frase la has visto, leído y escuchado más de una vez. Se la atribuyen a Albert Einstein y dice así:

Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes.

Y cuando hablamos de confianza, esto cobra un valor fundamental.

Porque en el pasado has intentado más de una vez ganar confianza en ti mismo poniéndotelo como meta, teniendo «actos de arrojo» como enfrentar a tu jefe, o repitiendo frases de empoderamiento.

Y aquí estamos, leyendo este post.

Así que para ganar confianza vamos a qué es lo que haces una y otra vez, sin resultado:

Buscar donde no debes

Cuando nuestra confianza «flaquea», es normal que busquemos compensar o reconfortar esa situación con cosas materiales, hacer algo para ganar más dinero o mimarnos con un viaje.

Y eso está muy bien, no tiene nada de malo.

El problema radica en el hecho de creer que haciendo cosas así solucionaremos la cuestión de fondo: la falta de confianza en nosotros mismos.

En el post de «cómo reconciliarte con el dinero» escribí una historia que grafica muy bien la locura que hacemos los seres humanos al buscar una y otra vez, la solución a nuestros problemas en donde ya sabemos que no lo vamos a encontrar. La resumo aquí pero recomiendo que le eches un ojillo a ese artículo.

Un hombre busca las llaves de bajo de un poste de luz, de noche, y otro le pregunta si las perdió ahí mismo. El que busca le contesta que no, que las perdió por unos arbustos, pero allá está oscuro y «seguro» que no las va a encontrar y por el contrario, ahí hay mucha luz, y es muy cómodo.

Así como este hombre buscaba las llaves donde había luz y no donde las había perdido, nosotros buscamos la confianza que perdimos «donde hay luz» y no donde debemos buscarla, por las razones siguientes:

Donde hay luz

En esta analogía significa pretender aumentar la confianza en nosotros con un mejor trabajo, ropa nueva, un celular nuevo, un nuevo círculo social donde nos respete y admiren…, etc.

Si te fijas, son cosas o acciones que se pueden apreciar, «se pueden ver», y por un ratito nos pueden proporcionar una increíble sensación de seguridad y confianza (la dopamina que segrega tu cerebro es la responsable).

Sin embargo, tan rápido como vino se termina diluyendo.

Autoconvencimiento

Mediante afirmaciones y repeticiones «de poder», quieres programar tu mente para aumentar tu confianza. Es decir, tratas de convencerte de que vales la pena, mereces lo mejor y eres una persona digna cuando en realidad,  ni tú mismo lo crees.

Es duro, pero es así.

No lo crees y por esa razón, las afirmaciones no funcionan. Te invito a que leas el artículo «3 claves para construir afirmaciones poderosas«. Ahí entenderás porqué la gran mayoría de afirmaciones no funcionan y por supuesto, cómo hacerlo de una forma más efectiva y poderosa.

Teniendo en claro entonces, que vamos a evitar la locura de hacer lo mismo, pasemos a la propuesta y promesa de este artículo que, para cumplirla, necesito sí o sí de tu ayuda.

Créeme que sin ti, sin tu compromiso, no puedo desde este lugar aumentar tu confianza, así que te explicaré paso a paso lo que tienes que hacer.

Primero, poner el foco en ti

Retomando la historia del hombre que buscaba sus llaves, ya sabes que tienes que buscar dentro de ti.

Nada de ponerse una meta de «más dinero», «mejor trabajo», «cambiar círculo de amigos», «pedir aumento en tu trabajo»…, nada de nada.

Todo eso son ejemplos de «buscar afuera, donde hay luz», y ya sabes que ahí no está la confianza perdida, ¿ok?

Pero entiéndeme…, nada es… ¡NADA!, ¿ok?

Todo lo que vas a «encontrar afuera, donde hay luz» conlleva un sesgo comparativo con alguien más, o con lo que crees que esperan de ti, o alguna otra referencia externa que no te sirve y por el contrario, agrava la situación.

Segundo: aprende un concepto nuevo

En realidad ya lo conoces, pero desconoces su poder, el alcance que tiene esta palabra.

Para que tengas una referencia, esta palabra con el «re-significado» que voy a compartirte, terminó siendo un engranaje fundamental para uno de los Rituales Mágicos que desarrollé y cuya potencia, poder y contundencia me dejó boquiabierto.

Me refiero al Ritual Anti Crisis, que muy pronto lo verás por aquí entre mis artículos.

Y la palabra en cuestión es el…

VALOR

Como te dije, ya la conoces, pero como la gran mayoría de las personas, ignora el poder que se esconde detrás.

Es tan elevado el concepto que encierra esta palabra que la confianza, la autoestima y la seguridad, son «hijas» del VALOR. No están antes, sino exactamente después.

Trabajando el VALOR vas a mejorar tu autoestima y por supuesto la confianza, tema central del artículo que estás leyendo.

El primer acercamiento al significado del VALOR que te estoy compartiendo, lo tuve hace muchos años, cuando era joven (más joven que ahora…, digamos).

Entre a trabajar en una fábrica de muebles de madera, una empresa bastante grande. Vaya, no era una carpintería artesanal, éramos 150 empleados aproximadamente.

Y como era nuevo en esos menesteres y bastante torpe (y lo sigo siendo al día de hoy, al menos como carpintero), el supervisor me puso en la primera etapa de manufactura de una pieza de madera, que no recuerdo cuál era. Supongamos que la pata de una mesa, para el ejemplo da lo mismo.

Y me explicó:

—Trabajas aquí porque si te equivocas en el corte, el «palo» se puede desechar sin mayor problema.

Todo el proceso implicaba cinco o seis «puestos de trabajo», donde la misma pieza de madera tenía que ir pasando por cada estación, y en cada una se le hacía algún trabajo diferente: corte, lijado, moldeado, prensado, pintado y así. No lo recuerdo bien, ¿eh? No lo tomes literal.

—Pero si te pongo en la última etapa del proceso y te equivocas, el «palo» ya es mucho más valioso que cuando empezó —continuó explicando mi supervisor—, porque pagamos horas a cada trabajador, insumos, electricidad y así. Y desecharlo nos cuesta mucho más caro.

Aquí tienes un ejemplo de cómo el valor «de algo» (en este caso es una cosa y no una persona, pero es válido lo mismo) determina la toma de decisiones, la organización y la logística de todo un proceso.

Es decir, el VALOR es el que manda, el que dirige.

Te invito cordialmente a que busques en tu historia o en tu entorno ejemplos del concepto de VALOR que te estoy compartiendo. Y los hay por montones, así que no tienes excusa.

Una vez que entendiste la esencia del este significado, vamos a hablar de una idea que se desprende de aquí, me refiero a…

Tu VALOR «auto-percibido»

Y llegamos así al corazón del problema que tú tienes ahora, de que no confías lo suficiente en ti o que quisieras confiar mucho más.

No hay algo más profundo y aquí es donde vas a trabajar.

Tu propio VALOR «auto-percibido» es la medida de lo que permites que te suceda, los maltratos o destratos que toleras, y determina también el tamaño y alcance de las decisiones que tomas.

En pocas palabras, la calidad de tu vida a mediano y largo plazo, depende en un 100% de este concepto.

¿Crees que será importante tenerlo en cuenta?

Era una pregunta retórica…, por si acaso.

Tercero: con saberlo no alcanza. Vamos a echarlo a andar

Es fácil, divertido, y los resultados en cuanto a tus emociones son prácticamente inmediatos.

Antes de darte algunas recomendaciones de cómo aplicar este esta herramienta en tu vida, quiero recordarte lo que leíste en el primer punto, lo de «buscar adentro de ti», ¿está bien? Es importante.

Hazte la misma pregunta, una y otra vez

Cuando apenas despiertas, al momento de elegir qué comer o cuando tienes un problema. Y en cualquier otro momento, también sirve.

¿Qué puedo hacer, que sea valioso para mí?

Es fácil formular esta pregunta, pero lo mismo tienes que hacértela. Y deja que tu mente busque las respuestas. Si al principio no surgen ideas, date un poco más de tiempo, sé «amorosamente paciente contigo».

Por cierto, esto último que acabas de leer, es una respuesta altamente valiosa.

Empieza por lo pequeño, disfrútalo, y observa la magia

  • ¿Qué es más valioso para ti, comerte un kilo de pan con chicharrón o sólo una rebanada y completar con una ensalada?
  • ¿Llamar a tu mamá para ver cómo se encuentra o dejarlo para después, ya que ahora estás muy ocupad@?
  • ¿Guardar una parte de lo que ganas para eventualidades futuras, o mejor vives y aprovechas al máximo tu ingreso, viviendo el «ahora»?

Este es el tenor de las preguntas que necesitas hacerte en cada ámbito de tu vida, principalmente en aquellos donde sientes que tu confianza está ausente.

No se trata de «¿Estudiaré física cuántica o neuro cirugía vascular, para ser alguien respetado y admirado, con mucho confianza?

La forma en cómo te tratas a ti mism@ en la intimidad, en tus propios pensamientos, crece por tu cuerpo, se almacena en tu cerebro y sale por los poros de la piel, y ése es el mensaje que mandarás al resto del mundo. Y la devolución que te hagan, será en consecuencia.

Ahí está la magia.

Evita presionarte: tu crecimiento y evolución te llevará hacia lo más grande

En mi experiencia con la gente, observo que apenas sienten los cambios en sus niveles de confianza se apresuran un poco a «dar el gran salto» y tomar revancha con la vida, por todas las veces que se sintieron poco menos que miserables.

Claro que los entendí en su momento y te entiendo a ti si es lo que te sucede.

Pero, en honor a la prudencia, te sugiero que dejes que el proceso haga su magia y te lleve por donde tenga que llevarte, sin entorpecer nada.

Llegó el momento de disfrutar de la vida, hacer las paces contigo mismo (también con la vida), y enfocarte en tus talentos y capacidades, adoptando una actitud curiosa cual niño que se ha portado bien, y sabe que va a recibir un regalo.

Es, querido amig@, hermoso cuando estás en este punto.

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Federico

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El Poder de los Rituales Mágicos: cuando todo lo demás falla

El Poder de los Rituales Mágicos: cuando todo lo demás falla

El Poder de los Rituales Mágicos: cuando todo lo demás falla

La primera imagen es cuando se presenta una encrucijada y no sabes qué camino tomar, o caes en un desesperante pantano de agobio, frustración y sufrimiento.

Otra imagen es cuando de forma paulatina, estilo «sopa de rana», los problemas (económicos, de pareja, salud o personales) te abruman y, a pesar de que llevas años lidiando con ellos, nunca se fueron y de momento, parecen haber ganado todas las batallas.

Y están a punto de ganar la guerra.

En cualquiera de los dos casos lo normal es que perdamos el norte, «la brújula», nuestro amor propio, y ya no tenemos control de nada.

Sientes que la vida te pasa por encima, todos los días.

Confiar en ti sería una buena idea, pero…, ¿confianza? Hace rato que ha desaparecido.

Cuando piensas en Dios (creas o no creas en él) e imploras en su nombre, es que ha llegado el momento de probar algo nuevo.

Los rituales están a tu alrededor y son más de los que crees. El saludo de manos, abrazo o beso, el «buenos días» o «buenas tardes», o el pan en la mesa «mirando hacia arriba».

Todas esas «buenas costumbres» provienen de un ritual o directamente son rituales que se han confundido y mezclado con hábitos culturales o familiares.

Sucede que asociamos a los rituales exclusivamente a la órbita religiosa o de las sectas y, por otro lado, al incorporarlos a la vida cotidiana, los confundimos con «normas y conductas sociales necesarias para la sana convivencia».

De esta manera perdemos totalmente de vista que estamos frente a un ritual, haciendo que se diluya por completo su poder, a veces enorme.

Y ya sea que quieras hacer magia, o necesites un toque mágico en tu vida transformándola por completo, el Poder de los Rituales es el camino perfecto para conseguirlo.

Te lo explico en detalle a continuación.

Rituales, por doquier

Antes de salir corriendo a confesar tus pecados, comprarte ropa interior roja o unos choninos de elefantito si eres varón, debes leer hasta al final este artículo para que no pierdas tiempo ni sumes nuevas frustraciones.

Sucede que hay prácticas chabacanas y simples que ni siquiera las considero «pseudo-rituales», pero lo mismo gozan de una enorme popularidad entre mucha gente aunque no logres resultados con ellas.

Y no quiero que te vayas por ese lado, ¿ok?

Me refiero a costumbres como poner un diente de ajo en la cartera, un sapo de cerámica mirando a través de una ventana o dejar la escoba al revés para que la suegra no se quede mucho tiempo en casa.

Rituales que no funcionan

Más allá de las creencias que puedas tener (y el crédito que les quieras asignar por las cosas que te pasan), los talismanes, amuletos u otros objetos como una herradura no son ni representan rituales, ¡y mucho menos funcionan!, al menos no de la forma que quiero enseñarte.

¿Por qué?

Pueden ser varias causas, pero principalmente porque no tienes que hacerte responsable de absolutamente nada, y esto es muy atractivo para mucha gente.

Lo bueno o malo que suceda en tu vida será un designio del destino y tú no puedes hacer nada contra eso.

Aunque te vaya mal.

Y eso no tiene sentido para mi.

El Poder de un Ritual

Los rituales que usamos con frecuencia pasan a ser costumbres para luego hacerse invisibles. Ejemplo de esto es la palabra «gracias» que dices de forma cotidiana. Nadie es consciente de que está haciendo uso de un ritual y por ende, no le presta mayor atención.

Luego están los rituales propios de alguna ceremonia social, familiar o religiosa. Aprendemos que son necesarios para «hacer las cosas bien». La misa católica es un ejemplo de esto, o también puede ser el momento de un brindis. ¿Te has fijado que es necesario levantar las copas para brindar? ¿Crees que es «por casualidad»?

Aunque el protocolo de la celebración de un cumpleaños (que para variar, también es un ritual), hay elementos y acciones que se suelen repetir en la mayoría de los casos:

  • Te llaman para felicitarte el día de tu cumple,
  • Haces una celebración, comida, reunión, «juntada», invitando a los que más quieres,
  • Es común obsequiar algo al «festejado» (mi cumple es el 16 de octubre, digo…, creo que es importante para el post)
  • Hay un pastel, tarta, torta o algo dulce,
  • Velitas que debes soplar y pedir un deseo, más frecuente en el cumple de los niños.

En fin, dan ganas de fiesta, ¿no?

Bien, vas agarrando la onda de que los rituales son muchos más de los que creías, y que los practicas todos los días, sin darte cuenta.

Sin embargo, en este artículo voy a enfocarme en aquellos rituales que necesitas porque algo pasó en tu vida.

  • Tu economía se estancó o simplemente te hartaste de sobrevivir esperando el siguiente cheque;
  • Tuviste una ruptura amorosa y el vacío que sientes es insoportable;
  • No logras encontrar el propósito de tu vida;
  • No eres feliz hagas lo que hagas y no sabes cómo cambiar esto.

Parafraseando la última frase de la intro…

«Cuando piensas en Dios e imploras en su nombre, es que ha llegado el momento de probar algo nuevo.»

El Ritual que necesitas: cuando no sabes cómo continuar

Voy a suponer que existe algo en tu vida que te está haciendo sufrir de alguna manera. Mucho, poco, término intermedio…, tu caso particular, vamos.

Problemas económicos, te dejaron con el corazón roto o pasas por una crisis existencial y no sabes qué hacer con tu vida.

En cualquier caso te sientes fatigad@, descorazonad@ e incluso deprimid@.

Y es en ese cuadro de situación en el que un ritual puede hacer magia en serio y cambiar las cosas para mejor.

Los Rituales que quiero enseñarte son mágicos. 

A continuación veremos en detalle los elementos que componen a un ritual mágico y también te compartiré algunos ejemplos para que veas que tú también, puedes hacer magia en tu vida.

Primero lo primero: ¿qué es y cómo se hace un ritual?

Un ritual es una acción o serie de acciones específicas que se repiten cada cierto tiempo. La palabra «gracias» que decimos, la Santa Misa o el Culto, son ejemplos de esto.

Si decides incorporar un ritual a tu vida, lo único a lo que te estarás comprometiendo es a hacer algo concreto y que tú lo has determinado cada día o cada semana, por ejemplo.

Es fácil, muy fácil, ¡pero lo mismo hay que hacerlo!

Propósito de un ritual

Aquí me quiero detener porque es un punto que suele haber mucha confusión. Es verdad que puedes hacer o copiar un ritual con el objetivo que se te antoje, tienes completa libertad total en ese sentido.

Pero eso no significa que vaya a funcionar.

«Confianza del Padre», el primer ritual que desarrollé me cambió la vida porque funcionó, incluso superó mis expectativas, y eso es lo que tú quieres.

Un Ritual Mágico…

…tiene que ver con tu presente

No con tu futuro, no con tu pasado. Si hay heridas que ocurrieron hace años y aún duelen, entonces haces un ritual para sanar hoy, no cuando sucedió. No importa que hayan pasado décadas, si estás sufriendo ahora, estás sufriendo en el presente y la energía del ritual debe canalizarse en consecuencia.

Tampoco funciona un ritual para «ser ric@ o millonari@ mañana«. Así que toma nota de esto.

…tiene que ver contigo

¿Quieres reparar la relación con papá o mamá? ¿Superar a alguien que te dejó con el corazón roto?

En cualquier caso quiero recalcarte que todo lo que hagas debe ser en relación a ti mism@, en concreto con tu SANACIÓN. 

Luego, como consecuencia de tu mejoría, superación y aprendizaje emocional, se producirán cambios en las relaciones con los demás.

Pero es en el orden que te lo estoy diciendo:

  • Primero tú,
  • Luego la relación con los demás (no «los demás». Sino la «relación» que tienes con los demás. Toma nota también de esto)

…sanan lo más profundo

Te confieso que a este segmento lo escribí y borré varias veces. No sabía cómo titular lo que quiero explicarte, y este es el que más se aproxima.

Me refiero a lo siguiente. Un Ritual Poderoso, lo que estás aprendiendo ahora mismo, no debe usarse para satisfacer caprichos o berrinches personales. Debe respetarse y tomarse como algo serio, porque el impacto que puede hacer en tu vida es importante.

La mayoría de las cosas que la gente cree necesitar, en realidad no lo es tanto, y esto se presta a confusión.

Supongamos que te quedas sin trabajo, no tienes muchos ahorros y hay gente que depende económicamente de ti. Llegas a este post, y como en última instancia lo que tú quieres es dinero, entonces haces un ritual con ese fin.

Creo que está claro el ejemplo, ¿verdad?

Pues bien, te estarías equivocando.

—¡Ah, claro! —podrías pensar—, si lo que yo necesito es un trabajo, ¡no dinero!

En este caso te acercarías bastante, pero te estarás equivocando de nuevo.

El enfoque correcto debe estar en ti mism@, no en algo exterior como un trabajo. Por ejemplo, un ritual para volverte más valioso, para recuperar energía, para aumentar tu confianza, etc.

Y ahí es cuando la magia sucede. ¿Me explico?

Pasa lo mismo con el amor, con las crisis existenciales, familiares y con cualquier otra cosa. Debes preguntarte muy bien ¿Qué es lo que realmente necesito?, y la respuesta debe tener eco en ti, en tu interior.

Elementos que existen en un Ritual poderoso

Son cuatro elementos que debes considerar.

Simbología

Una imagen, un objeto, una «película» o historia, unas palabras (una oración, un «gracias», por ejemplo). Algo que sea representativo del propósito del ritual que estás haciendo. Piensa en una Misa como un ritual, y trata de reparar en toda la simbología que existe. La familia reunida al momento de comer, es una imagen muy poderosa, un símbolo en sí mismo.

Tu ritual debe tener algo relacionado al propósito del mismo, y mientras más representativo, mejor.

En «Confianza del Padre, el ritual del dinero más poderoso que existe«  la simbología es la siguiente historia/imagen:

«Un joven regresa a casa de sus padres después de haber tenido un revés en su vida. Su papá abre la puerta y al verlo, se da cuenta de la situación. No hace preguntas incómodas y le dice: 

—Pasa hijito. Ya sabes dónde está tu cuarto. Hay un plato de comida caliente en la mesa, pero antes lávate las manos y ve a darle un beso a tu madre.»

Como puedes observar, no se trata de una imagen «estática» ni objeto. La imagen es la que te hagas en tu mente después de reflexionar y masticar bien esta breve historia.

Ofrenda

No es necesario que sacrifiques un animal o algo por el estilo. Aquí se trata de que debes tomar consciencia del «resultado final», y esa será tu ofrenda.

Por ejemplo, después de la transformación en tu vida… ¿cómo vas a estar? ¿qué vas a obtener? ¿en qué vas a ser mucho mejor?

Vas a estar más rico o rica (no me refiero al sexo :)), más san@, equilibrad@ emocionalmente…

Es, para que me entiendas, la manifestación del propósito del ritual. Porque debes entender y aceptar que si tú estás mejor, tu entorno inmediato y el resto del mundo, también estará mejor. Si tú estás bien, a mí me vas a beneficiar en algún momento y de alguna manera.

Tu ofrenda es importante.

Creencia en un Orden Superior

Esto marca una diferencia robusta entre un ritual y una técnica o estrategia cualquiera. Cuando pones en práctica un ritual estás alineándote de alguna manera al Orden Superior, del cuál tú formas parte.

Puedes llamarlo Dios (de la forma en cómo lo concibas), Universo, Naturaleza, Vida, o como desees.

Cuando haces un ritual no estás trabajando en un problema que quieres solucionar para que tú y alguien muy cercano a ti estén mejores. No.

¡Estás impactando al mundo completo!

Y esto puede que te cueste creerlo o que te suene a ciencia ficción o idea rebuscada. Sin embargo los ejemplos abundan.

Acción Repetitiva 

Al principio de este artículo te comentaba que las prácticas «pseudo rituales» de una sola acción, no funcionan más allá de tus propias creencias.

Es decir que puedes poner un billete de un dólar en alguna parte (billetera o cartera, debajo de la pata de la cama o en la trompa de un elefante de cerámica) y si tu economía empieza a mejorar, está en ti asignarle la causa de este «milagrito» al billete que guardaste.

Y si lo crees, está bien.

Pero si quieres hacer un Ritual Poderoso y sorprenderte con la transformación es necesario que repitas la acción de forma indefinida al mismo tiempo que le das tiempo y espacio a la vida, al universo y a ti mism@ a que los cambios ocurran.

Debes verlo como un proceso y no como algo de una sola vez.

Pretender «hacer magia» en tu vida mediante una única acción, sería tan descabellado como creer que con decir «Gracias» una sola vez en la vida alcanza, o con festejar tu primer cumpleaños de vida es más que suficiente.

Por último, quiero aclarar que estos cuatro elementos que mencioné no son excluyentes. Deben estar, es verdad, pero puedes encontrarte con un ritual que considere otros elementos además de estos.

Rituales Mágicos que cambiaron mi vida

Confianza del Padre

Fue el primer ritual que elaboré y su historia la publiqué en este artículo hace ya un buen tiempo, aunque en ese momento el nombre con el que bauticé todo esto fue «Rituales Holísticos Sagrados». Trabajaba mucho con la «holística» en ese momento y fue lo que se me ocurrió.

No exagero ni un ápice cuando afirmo que cambió drásticamente mi vida, mi relación con el dinero, mi confianza…, todo para mejor y mucho más allá de las expectativas que tenía. No tiene caso que te lo describa aquí porque puedes acceder a la magia de este ritual de forma gratuita.

¿Te preocupa el dinero de alguna manera? ¿Perder el trabajo, quedarte sin «plata» (pasta, lana, guita, billetes)?

No importa lo tumultoso de tu relación con el dinero ni por cuánto tiempo te llevaste mal con «él».

Si hiciste un montón de cosas y no te funcionaron, necesitas magia de verdad, y este Ritual es el mejor camino.

Ritual de Consulta

Desarrollé este ritual utilizando el principio de la metáfora y tomando la idea de un libro que leí cuando tenía 15 o 16 años (ya no recuerdo bien).

El libro se llama «Ilusiones», de Richard Bach, y cuenta las enseñanzas entre un mesías y un discípulo y una de ellas fue un método para obtener orientación y una guía, a través de un libro. Recuerdo que en ese momento pensé que sería genial escribir ese libro pero como nadie lo escribió, me di a la tarea de escribirlo unos 25 años después, aproximadamente.

Este ritual cobra verdadero sentido en esos momentos de soledad, angustia y desesperación. Cuando la frase «En los momentos de oscuridad, hasta tu propia sombra te abandona» tiene sentido para ti, la magia de este ritual hará que veas y sientas la magia en tu vida.

Ritual Anti Crisis

Sin querer se transformó en una especie de «Ritual Insignia» -si me permites la expresión-, porque el poder de manifestación, si lo tuviera que describir, te confieso que fue verdaderamente IMPRESIONANTE.

Me dejó pasmado, boquiabierto, asombrado.

Su creación se dio como resultado de tres cosas:

Apalancamiento del Tiempo

Un ritual que desarrollé después de Confianza del Padre pero que, en su momento, no pude encontrarle una utilidad específica. Intuía que había algo interesante en su estructura, pero en ese momento no supe verlo, y quedó archivado varios años.

Filosofía del Valor

Un concepto que descubrí y profundicé en los últimos dos años, volcándolo de forma implícita y sutil en muchos de los artículos y libros que escribo.

Una crisis personal

Por mucho, créeme que fue la peor que tuve en toda mi vida. Desorientación, miedo, angustia, sensación de «carne viva»…, horrible.

Esto último fue el disparador para que, en un momento de completa necesidad, buscara, encontrara y le diera sentido a la combinación de los otros dos elementos. El resultado final, fue simplemente mágico.

***

Estos tres rituales son parte de mi vida, fomentan mi «mejor versión» y les estoy y estaré eternamente agradecidos por tanto amor, bienestar y abundancia que trajeron.

Ahora sí, querid@ amig@, llegamos al final de este artículo que-, dicho sea de paso, me llevó casi 30 horas de trabajo a lo largo de varios meses.

Y si te gustó este post te invito a compartirlo en tus redes sociales o enviárselo a esa persona que sabes que puede necesitarlo.

Como siempre, hecho con amor.

 

Federico 

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El terrible hábito de callarte lo que piensas (no opino sobre eso)

El terrible hábito de callarte lo que piensas (no opino sobre eso)

El terrible hábito de callarte lo que piensas (no opino sobre eso)

Puede parecer inofensivo, pero si proyectamos este hábito en el tiempo te expones a lo siguiente:

  • Limitas la calidad de tus relaciones: los demás no llegan a conocerte;
  • La medida de tu carácter se fe afectada de cara a los demás, pero también a ti mismo;
  • Te acostumbras a no confrontar ni convenir, dejándote un color «gris» neutro desesperante o, en su defecto…
  • Si buscas agradar no confrontando tendrás que enojarte cada vez que quieras hacerte valer (¡y esto no ser bueno!).

Como puedes observar, no son pocas cosas ni son menores es decir, no se trata de «detalles» que puedas ignorar y que no tengan consecuencias.

El hábito en cuestión tiene un costo importante a largo plazo y el silencio que eliges en ese momento particular, terminará pasándote factura tarde o temprano.

Te sucede cuando en una conversación no estuviste de acuerdo con algo y sentiste el deseo de expresar tu opinión pero…

Te lo callaste.

Y esa noche te sentiste mal contigo y no pudiste dormir porque sabes que no es la primera vez.

La buena noticia es que no eres el/la únic@. A mí me pasó, me pasa de vez en cuando y a todos los que te rodean también. Y si a alguien no le ha sucedido —que puede pasar—, es porque tiene un serio problema de empatía que no trataré en esta entrada.

La mala noticia (que pena que siempre haya una mala), es que si no haces nada al respecto, empeora bastante.

Primero lo primero: hagamos unas distinciones

—¿Esta carretera va para Ciudad Victoria? —le preguntaron al filósofo de Güemes.

—Esta carretera no va… ni viene. Ciudad Victoria queda pa’llá.

Sabio, fino y siempre con un toque de humor, el popular personaje del noreste mexicano me auxilia para presentarte la importancia de hacer distinciones en un tema tan interesante como es el callar lo que piensas, cuando lo mejor es abrir la boca y soltarlo.

Sucede que el tema presenta una gama importante de matices o «escala de grises» como me gusta decirle, donde el blanco y negro serían una persona catatónica que no habla absolutamente nada y, del otro extremo, una persona que dice absolutamente todo lo que piensa sin poner ningún tipo de filtro. Desconozco si existe una condición médica para esto último.

Tú te encuentras en algún punto de este espectro y, sin embargo, si llegaste hasta aquí por que el título te llamó la atención, puedo presuponer que tus filtros de prudencia (o de otro tipo, como ya veremos) están demasiados rigurosos al grado de que coartan tu capacidad de expresarte de forma asertiva.

El hábito de quedarte callad@ es terrible como señala el título, pero habrá situaciones en las que es lo mejor que puedes hacer.

Y tener la capacidad de «DISTINGUIR» cuándo hablar y cuándo no hacerlo, es una habilidad que se adquiere con la experiencia, en el día a día, con equívocos y aciertos.

Si lo normal para ti es quedarte callado por algunos de los motivos que veremos más abajo, tú ya sabes o intuyes perfectamente cuándo deberías expresarte en lugar de guardar silencio, por el simple hecho de que te ha pasado muchas veces a lo largo de los años.

Así que a partir de ahora, te invito a que cometas más errores por abrir «la bocota» que por cerrarla. Te ASEGURO, que no te irá peor que a mi presidente (al momento de escribir estas líneas) Alberto Fernández.

¿Por qué nos quedamos callados?

Aunque sientas que las causas de tu silencio responden a una situación particular que te atañe solamente a ti, en realidad sólo hay dos motivos por el que nos quedamos callados.

La principal es el miedo, en cualquiera de sus variantes.

Por ejemplo, te asalta el miedo a quedar mal diciendo una tontería, y que se burlen de ti. Esto pasa cuando flaquea la autoestima, la confianza, y rematamos al tomarnos demasiado «seriamente» a nosotros mismos.

«Es mejor no hablar y que lo tomen a uno por estúpido, antes que hablar y que lo comprueben»

En su momento me causó gracia y más tarde comprobé que la frase original le pertenece a Mark Twain y no era precisamente así. Vaya, ¡derivó en un chiste!

Ya que se te pase la risa, es importante entender que el que tiene miedo a quedar mal por decir una tontería, se siente exactamente así, como en este chiste.

Y ya que estamos hablando del tema entre tú y yo…, pregunto, por casualidad, ¿a ti te hace ruido internamente este chiste? Porque si es el caso… ¡suelta la risa!

¡Anímate a reírte de ti mism@ y verás que la tensión que sueles sentir en esos momentos empieza a aflojarse y disiparse. Ya no seas tan seri@ y evita sentirte como un «producto acabado», que falta mucho por aprender y equivocarse, y por vivir.

Otra variante es el miedo es a la confrontación, a la discusión, y/o a la consecuencia que esto pueda tener para nosotros.

Nota por favor que en la oración anterior hay tres posibilidades y vale la pena distinguirlas a las tres.

La primera es sentir miedo ante la posibilidad de una discusión, porque no estamos acostumbrados o todo lo contrario: ya hemos discutido antes y no queremos volver a pasar por esa situación tan embarazosa e incómoda. Sin embargo, no existe una consecuencia más allá del intercambio de palabras o algún que otro agravio.

También puede sucederte que no te importe si llegas a discutir, o lo que eventualmente puedan decirse tú y la otra persona si se llegan a caldear los ánimos. Pero la consecuencia para ti de un altercado de palabras o una negativa de tu parte tiene una consecuencia negativa, desagradable o nefasta para ti.

¿Me vas siguiendo?

La última posibilidad es tener miedo a ambas cosas: a la discusión y también a la consecuencia y por ende, tienes doble razones poderosas para no confrontar, decirle al otro que tiene razón y seguir acallando tus pensamientos.

Aclaro que el párrafo anterior está escrito con ironía.

Lo veremos más abajo, pero ahora mismo cabe mencionar que, llevarte bien con todo el mundo a costa de ser infiel y deshonesto contigo es, definitivamente, un precio muy alto a pagar (además de que no es necesario para llevarse bien con los demás).

La última variante del miedo que quiero presentarte, es cuando tememos contradecir a los demás porque no queremos hacerlos sentir mal. No es tan frecuente, pero sí que conozco casos así.

Una de las dos personas de la relación «ganó» superioridad frente a la otra y la que perdió lo permitió porque encontró un espacio de comodidad:

«El otro tiene la razón siempre (aunque no la tenga se la doy lo mismo), así que él o ella es responsable de lo que pueda suceder. Yo no». 

Con este ejemplo terminamos con la causa principal, el miedo, que hace que nos guardemos nuestras mejores opiniones y el mundo se pierda de ellas. Y créeme, realmente se las pierde, porque en todos estos años se te han ocurrido ideas geniales y el miedo te ha boicoteado una y otra vez, pero ya que estás aquí vamos a cambiar eso, ¿de acuerdo?

***

Te confieso que cuando estuve trabajando en las otras causas que nos impiden decir lo que pensamos, descubrí que en realidad todas ellas responden a la misma: a nuestros intereses.

Es decir que nos quedamos callados simplemente porque decidimos que nos conviene y además, esa decisión no tiene ni tuvo nada que ver con el miedo.

Por ejemplo, una opción que estaba considerando es la prudencia.

Participamos de una reunión entre amigos o con familiares, sale un tema urticante como el político y la intensidad se incrementa. En ese momento determinas que no vale la pena expresar tu opinión o seguir defendiéndola porque en última instancia, lograrías una pírrica victoria. ¿Sirve pelearse con alguien para demostrar que tenemos razón o que pensamos diferente?

Tristemente, mucha gente piensa que sí.

Volviendo al tema, creo que cualquier motivo que puedas pensar por el que fuera justificado quedarnos callados y que el miedo no tenga que ver sino nuestro buen juicio y determinación, cabe en esta segunda categoría.

Si callas lo que piensas, empeora bastante

Es importante que sepas que cualquier tipo de relación donde exista el miedo a hablar por tu parte, no es que «puede» volverse tóxica. SE VOLVERÁ TÓXICA antes o después.

Por lo general, más «antes» que después.

Y esto sucede frente a tus narices y bajo tu completo consentimiento, por más que duela entenderlo y aceptarlo.

Así que repasemos las causas que impiden tu libre expresión:

  • Miedo, en cualquiera de sus variantes;
  • Interés, en cualquiera de sus variantes.

Primero fue una opción, luego se hizo una costumbre y finalmente, reprimir nuestras opiniones se hizo un hábito, y fue en ese momento, en ese preciso momento, en que tu vida cambió.

Cambió para peor.

Porque con el tiempo los demás no saben qué esperar de ti, y se comportan en consecuencia; y tú mism@ no sabes qué esperar de ti, y te comportas en consecuencia.

Y esto no ser bueno.

Con tu pareja, callarte lo que piensas o sientes por miedo a que él o ella se enoje y no te hable o se sienta mal, te anulará cada vez más en la relación al punto de que ni tú ni la otra persona sabrán quién eres realmente, lo que te gusta, lo que no, y ya no digamos lo que quieres para ser feliz.

Estar anulad@ frente a tu pareja «no ser bueno» (es obvio, ¿no?) y a la larga ambos pierden.

Con tus amigos, mantener en silencio tus opiniones y tu forma de pensar te volverá displicente y vacío de carácter. Nadie te conocerá realmente y con el paso del tiempo perderán el interés en ti.

En tu trabajo también empeora. En realidad, empeora en todas las áreas de tu vida y si seguiste el artículo con atención, creo que ya tienes información suficiente como para imaginarte las consecuencias, que a la larga siempre son negativas y terminan repercutiendo en ti.

Ahora que ya tienes en claro el contexto, veamos qué puedes hacer al respecto porque creas o no, estás a tiempo de introducir pequeños cambios en tu comportamiento que te llevarán por mejores derroteros.

Gánate el respeto de los demás, teniendo la osadía de ser tú mism@

No puedes negar que la frase está «súper», ¿verdad? En internet se la atribuyen a «Doctor House», el protagonista de la popular serie y honestamente desconozco si es así, ¡pero me encantó!

De entrada, créeme que trillada o no, la frase refleja exactamente lo que consigues cuando tienes lo que hay que tener y te mantienes fiel a ti mismo en cualquier circunstancia (más abajo veremos las excepciones) y aceptas las consecuencias de tu forma de pensar y concebir el mundo.

El placer que vas sentir expresando libremente tus opiniones es indescriptible, y los beneficios que produce en la confianza, autoestima y amor propio son incalculables.

Ahora bien, lo normal es que si tienes este problema es que sea el miedo lo que te limite y coarte tu capacidad de expresión, pero es más probable aún que se trate de una o unas personas concretas como tu pareja, tus jefes o tus padres.

Si es tu caso, mi fuerte recomendación es que evites ganar confianza encarándolos a cualquiera de ellos en primer lugar porque se tratan de personas que te importan y sobre todo, las consecuencias de un cambio en tu conducta te afecten, quizás demasiado.

Como Coach, yo buscaría entrenarte primero en áreas o relaciones menos comprometidas para ti y que vayas ganando confianza de forma gradual, salvo que tú necesites o me indiques lo contrario.

Y lo primero que necesito que entiendas, es que todo empieza con una decisión.

La decisión de conectar con tu amor propio, tu dignidad, y con la de ser intelectualmente honest@ con la gente que te rodea. Si no tomas concienzudamente esta decisión, no lograrás nada después.

Nada de nada.

Sin lugar a dudas se trata de una decisión profunda que va a cambiar la forma en cómo te perciben los demás y cómo te percibes tu mismo, y ten por seguro que vas a sentirte muy incómod@ porque saldrás de tu zona de confort y nada será como antes.

Si lo crees necesario, busca ayuda profesional para sostener este momento de transición y por favor, no andes con prisas. Medita lo que sientas, «siéntelo» y déjate fluir. Habrá días malos, regulares y buenos y a todo eso, se le llama vivir. ¿Es un trato?

Con la decisión tomada o en proceso de hacerlo, podrás revertir el hábito de callarte lo que piensas y lo harás de forma gradual, aprendiendo de tus errores y haciendo ajustes cada tanto (de ahí que es tan importante tomar esa decisión, antes que cualquier otra cosa), pero como Coach, quisiera que tengas en cuenta algunas herramientas para acelerar el proceso y porqué no, ahorrarte también algún que otro tropezón.

Lee atentamente los criterios de la lista y repásalos cada tanto, ¡te estarán esperando!

Para manifestar desacuerdos

Esta es una oportunidad ideal para comenzar a soltar libremente tus opiniones ya que suele darse en temas generales y, por lo tanto, es poco probable que alguien se sienta agraviado.

Podrías decir frases cómo…

  • «Eso es en tu opinión, sin embargo yo creo que…»
  • «Entiendo lo que dices, pero no estoy de acuerdo»

Si te fijas no estás confrontado ni diciéndole a la otra persona «Estás mal», por lo que no tensas la relación y al mismo tiempo te mantienes honest@ a tu forma de pensar.

Para dar un juicio de valor

En charlas sobre deportes, política, religión u otros temas urticantes, en algunos contextos específicos, a veces es recomendable pensar y repensar tu opinión y quizás, prefieras guardártela.

Muchos famosos y personas reconocidas dijeron algo que más tarde les trajo muchos inconvenientes.

Aunque estés en reuniones con «gente de confianza», piensa que cualquiera puede repetir tus dichos sobre razas, religión, orientación sexual o género; y quizás lo único que hiciste fue un comentario a modo de chiste.

Obviamente que esto que escribo es una opinión (entiendes que no me la puedo callar y menos en este post, ¿verdad?), pero si lo que quieres decir lastima a alguien o a un colectivo de personas…, ¿realmente vale la pena expresarlo?

Si lo mismo lo quieres decir, adelante, estás en tu derecho. Trata de que no haya cámaras encendidas, nada más.

Para corregir a tu interlocutor

Aquí pueden aparecer las primeras dificultades si expresar tus opiniones ha sido un problema para ti en el pasado.

Alguien se equivocó y tú tienes la respuesta correcta, por lo que cuando opines puede parecerse a una confrontación, y quizás no quieras eso.

Si quieres tener tacto y sutiliza podrías decir algo así como…

  • «Yo lo entiendo así…»
  • «No estoy segur@, pero me parece que es de esta forma…».

Si evitas frases del tipo «Eso no es así» o «Estás mal», nadie tiene porqué sentirse ofendido.

Para expresar tus sentimientos de desagrado

Desagrado, preocupación, incomodidad, enojo, infelicidad…, o lo que quieras y necesites.

Creo que este puede ser el verdadero desafío que tienes enfrente, ya que expresamos los sentimientos frente a personas que son importantes para nosotros ya sea porque existe afecto o una relación de la cuál dependemos de alguna manera. Un jefe por ejemplo.

Primero quiero decirte que si tienes miedo de expresar cómo te sientes frente a alguien que aprecias o amas, no se trata de algo menor que lo puedas dejar pasar como si nada.

Vaya…, estamos hablando de tu espos@ o tu pareja, tus padres o alguien a quién quieres, respetas o admiras.

Déjame hacerte dos preguntas…

¿Qué es lo que realmente te impide decirle lo que sientes a esa persona?

Pueden venir muchas respuestas a tu mente, si es posible para ti, anótalas en un cuaderno o en tu ordenador, y procura meditar al respecto.

La otra pregunta es…

¿Qué pasaría si lo hicieras?

Si le dijeras a tu espos@ que te quieres separar, que ya no la amas; o a esa persona que te conoce desde hace años, que tu orientación sexual no es la que cree…, ¿qué pasaría en tu vida?

¿Te condenarían a ser un paria con destino incierto?

Estas dos preguntas las utilizo muchísimo con mis asesorados en Coaching y las respuestas que obtienen son realmente fabulosas, ya que cambian a lo largo del tiempo.

Te invito a que te las hagas varias veces al mes, como parte  de tu propio proceso evolutivo.

Muy bien, mi estimado amig@, llegamos al final de un post que no es de fácil «digestión» (como la mayoría de los que escribo) pero aquí estarán este y los demás esperándote, para cuando tengas necesidad de hacer cambios para Vivir Mejor.

Estoy convencido de que esta información te ayudará a vivir en plenitud, enseñando y adiestrando a tu mente y a tus emociones en el mejor camino posible.

Si te gustó este post te invito a compartirlo en tus redes sociales o enviárselo a esa persona que puede necesitarlo.

Hecho con amor,

Federico 

 

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