Aprende a vivir sin la preocupación del dinero

Aprende a vivir sin la preocupación del dinero

“Si ganara mucho dinero… ¡disfrutaría plenamente de la vida!”

En cualquiera de sus variantes, la frase anterior refleja el pensamiento y creencia de millones de personas que, día con día, aunque tengan dinero, ahorro y trabajo, viven con la preocupación o el miedo de perderlo.

¿Qué tan identificad@ te sientes con esto?

La segunda ola del Covid provocó no sólo una crisis sanitaria sino también una crisis económica para millones de personas en el mundo. Si antes de la pandemia tenías esta preocupación, la del dinero, me imagino que ahora mismo, de mínima, la mantienes igual, o un poco peor.

¿Y qué podemos hacer con algo tan sensible y a priori tan difícil de resolver? ¿Es que podemos hacer algo?

Pues bien, sí que podemos hacer algo al respecto (como prácticamente con todo), y verás qué, con un poco de empeño de tu parte, aprenderás a “ocuparte sin preocuparte”.

Claro que se puede así que… ¡manos a la obra!

¿De qué estamos preocupados, realmente?

Y puede que te sorprenda la respuesta, e incluso que estés en desacuerdo conmigo. La cuestión es que la preocupación que tienes, no es con el dinero.

Nop.

La verdadera preocupación se origina a partir de la falta de confianza en nosotros mismos para generarlo si perdemos nuestra fuente de ingresos actual. Y mientras no entendamos esta distinción fina y sutil, no lograrás extirpar la preocupación de tu vida en lo que a dinero se refiere.

No se trata de un juego de palabras y no es algo menor, como verás más adelante.

Cuando vemos que hay crisis, o si conocemos a alguien que busca trabajo y no lo encuentra o simplemente vemos las noticias, es normal que nos asalte el temor al pensar que nosotros podemos ser el o la siguiente en la lista.

Y perder el ingreso no  es algo que te lo puedas permitir, ¿verdad?

Quizás tengas pocos ahorros o no tengas ahorros, y el solo hecho de imaginarte sin una fuente de ingreso hace que te corra un sudor frío por la espalda y no puedas dormir.

Lo que normalmente experimentamos, se parece a alguna de estas opciones:

  1. Preocupación por generar dinero si perdemos el trabajo.
  2. Preocupación de no generar dinero suficiente.
  3. Preocupación a perder estabilidad personal o familiar al tener que pedir prestado.
  4. Preocupación por el “qué dirán”.

Todas están ligadas y puede ser que te preocupe más de una… ¡o todas! Ahora bien, si repasas la lista nuevamente y te detienes un momento a reflexionar en cada una, comprobarás que la confianza en ti mism@, es la única “vacuna” que previene y corrige cualquiera de esas preocupaciones.

Bueno, quizás no la confianza que tengas ahora mismo, pero sí una robusta 😉

“Ok, entendí. Pero…, ¿qué puedo hacer?” 

Y la pregunta no puede estar mejor formulada ya que sí, puedes hacer algo, y subrayo la palabra “hacer”.

Lo primero es que entiendas que esa preocupación que te inquieta, lastima y a veces te hace tomar malas decisiones no se va a ir milagrosamente y por el contrario, las probabilidades de que se incremente con el paso del tiempo son altas.

Lo segundo que necesitas comprender con cabalidad, es que al no tratarse de dinero sino de confianza, no importará la cantidad que ganes al mes, o lo que puedas guardar después de recibir el cheque quincenal o mensual.

Así que no hace falta que te mudes con tus padres, por favor.

Es decir, no se trata de “cantidad de dinero” y este es el error más frecuente que cometen todos. Entiende esto: hay personas que se preocupan por el dinero porque tienen poco, y hay otras personas que se preocupan por el dinero porque tienen mucho.

En ambos casos la preocupación se puede hacer presente.

Todo radica en la confianza en ti mism@ y para desarrollarla hay muchos caminos y métodos, y depende de cada uno encontrar lo que mejor le funcione. En algunos puede ser la terapia psicológica, en otros empezar un deporte. Escribiré sobre eso también, así que te invito cordialmente a suscribirte, para avisarte de todas las nuevas entradas que haga.

Tercero y último, debes enfrentarte con dos “enemigos” internos, que posiblemente aparezcan en el camino. Empezaré por el más difícil.

Rechazo

Sucede cuando se presenta una situación ineludible, indisimulable o inocultable, que puede ser tanto interna como externa, y que tú no sólo que no la aceptas sino que te molesta o incluso puede ponerte violent@. Esto a su vez, hace que sea más difícil la aceptación del hecho y por ende, la persona no hace nada para cambiarlo.

Deja decirte que no se trata de algo raro o excepcional y por el contrario, a ti te ha sucedido muchas veces. A todos en realidad. A veces es algo momentáneo y otras tantas puede durar años o décadas. Vaya…, toda la vida.

Es momentáneo cuando se poncha la llanta de tu auto, por ejemplo, y la primera reacción del conductor (no sé si ibas manejando tú) es enojarse y no poder creerlo. “¡Porqué a mí, si soy buena persona!”. La molestia dura unos minutos, y ya luego que cambia la llanta pasa a ser una anécdota más. Y ahí terminó todo.

Sin embargo, no siempre es así. Hace unos meses conocí a un odontólogo que luego de entrar ligeramente en confianza, comenzó a hablar pestes de su carrera. Se quejaba de que había invertido mucho en capacitación y equipos a lo largo de los años, y lo que ganaba apenas si le alcanzaba para pagar un asistente y vivir con un mínimo de dignidad.

¿Puedes ver dónde está el Rechazo en este caso?

El odontólogo rechazaba por entero su carrera porque según él, no le retribuía económicamente en la proporción en la que había invertido. Claro, siempre con los parámetros de él mismo. Este es un ejemplo real de una persona que rechaza una situación ineludible, y que está lejos de aceptarla. Mientras no lo haga, se quedará toda la vida en esa “pelea interna”.

Extrapolando este ejemplo en tu caso particular, puede ser que entiendas que debas hacer algo, incluso que sepas perfectamente qué es lo que tienes que hacer, pero no quieras.

“¿Por qué rayos voy a tener que ponerme a vender (promocionar, hacer descuentos, hacer horas extras) si estudié para esto y soy excelente profesional (empleado, directivo, persona, o lo que quieras)?

Esta es una trampa mental, la trampa del “RECHAZO” y, de momento, quiero advertirte sobre ella invitándote a la reflexión para asegurarte que no caigas aquí. Es tan importante este concepto que en mi libro “Sí, Hay un Secreto” lo incluí como uno de los “Universales” con el potencial de destruir una vida y condenarnos a la infelicidad. Está en el diagrama de la “Mariposa de la Transformación”, aquí abajo tienes una imagen de la portada del libro.

Pereza

Un poco más arriba te señalaba lo de la palabra “hacer“, en el sentido de que para superar la preocupación por el dinero tendrás que hacer algo al respecto. Y la verdad, para eso tienes que tener ganas.

De pronto te das cuenta que que tenías un tiempo libre que disfrutabas mucho (lo usabas para distraerte de la preocupación del dinero) y quizás tengas que renunciar a ello. Aún si no estás en la trampa del Rechazo, lo mismo tienes que tener ganas de ponerte a hacer cosas, aprender algo nuevo y exponerte un poco.

Esto no es tan complejo como la situación del RECHAZO que te acabo de describir, y con sólo un poco de ganas y espíritu de aventura romperás la inercia actual.

Supera la preocupación y vive plenamente

Una vez que entendimos que el origen del problema es la falta de confianza y que tenemos que superar la pereza y el rechazo, estás list@ para dar el paso más importante. Deja ponerte primero en contexto con un ejemplo, y entenderás rápidamente la idea que quiero transmitirte.

Imagina una empresa que entra en crisis (sería raro en estos tiempos) y lamentablemente los directivos se ven obligados a un recorte de personal. Tienen que prescindir de al menos 10 personas de un total de 50.

Es una empresa familiar, no quieren despedir a nadie pero no tienen otra opción. La pregunta que te hago es…., ¿a quién crees que van a despedir? Si tú estuvieras en el lugar del directivo, ¿despedirías a los que aportan más valor a la empresa? ¿Verdad que no?

Otro ejemplo, siguiendo la misma idea. Si la crisis se presenta en una familia y deben ajustar su presupuesto, ¿deberían dejar de pagar la luz o la cuota de club?

Creo que está más que claro.

Conoces la palabra, intuyes el significado y ahora vas a “re-aprender” un nuevo contenido que va a cambiar tu percepción. Me refiero a la palabra…

Valor / Valioso

En una crisis o momento de incertidumbre, que es lo que todos tememos y es cuando las preocupaciones se ven justificadas, una persona, una familia, una empresa y un país, tratan de desprenderse de todo lo que puedan prescindir y conservan…, precisamente esto: lo más valioso.

En todos los casos, funciona así.

El camino que vas a tomar, a partir de este momento, es volverte más valioso en todo aquello que tengas a mano o se te ocurra. No importa qué -de momento-, y sólo hay que empezar a hacerlo.

La preocupación por el dinero comenzará a disiparse de inmediato, y toda tu vida dará un giro si, por ejemplo, comienzas por tender tu cama cada mañana, antes de irte a trabajar.

Si no me crees, por favor tómate unos minutos para ver este vídeo.

Es importante aquí, es fundamental, empezar con algo pequeño y que sea mínimamente valioso. Algo que no tengas miedo de llevarlo a cabo y que no te haga re-pensar el compromiso contigo mismo. Puede ser tender la cama, podría ser comer más sano, o salir a caminar diez minutos cada tarde.

La satisfacción y el orgullo que te dará el logro de una pequeña tarea, será el combustible para que luego decidas tomar clases de canto, baile o empezar un deporte.

El humor te cambiará, disfrutarás más tu día a día y… ¿sabes qué? Ya en ese momento, con algunas pequeñas acciones concluidas, TE HABRÁS VUELTO MÁS VALIOS@ para ti y para tu familia. ¡Y pronto lo notarán en tu empresa!

Y esto es sólo el inicio, querido amig@.

Al poco tiempo de que te mantengas haciendo cosas con valor tendrás ganas de hacer algo más valioso aún y que tenga un impacto un poco mayor. Si salías a caminar, quizás quieras hacer un deporte. Si leías todos los días unos minutos, quizás quieras tomar una capacitación más en forma.

En la medida en que continúes aportando valor a tu vida vas a querer hacer algo más grande y más valioso, de mayor impacto, y lo mejor es que será sin esfuerzo, sin imposiciones y sin preocupaciones.

Más temprano que tarde este nuevo hábito llenará toda tu vida y por supuesto, también impactará en tu economía y tu situación laboral. Al percibirte tú mucho más valioso que antes, ¿cómo crees que te verán los demás?

El secreto en todo esto, querido amig@, está en comenzar ahora mismo con algo pequeño y comprometerte a terminarlo. Mañana, tocará repetirlo.

Este camino que te estoy señalando no es que sea el mejor. Volverse valios@ es el ÚNICO que existe para liberarte de las preocupaciones del dinero y disfrutar de tu vida como alguna vez soñaste.

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Hecho con amor,

 

Federico

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